Empecemos este artículo con una aclaración: la creatividad no es una característica exclusiva de los pintores, diseñadores gráficos o cantantes; esta es una habilidad inherente a todo ser pensante que se enfrenta a situaciones de la vida diaria que necesita resolver y recurre a la implementación de procesos nuevos a partir de otros ya establecidos. En síntesis, la creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos a partir de otros recursos.
Esta capacidad ha sido esencial para el desarrollo y el progreso de la humanidad. Si no se hubieran frotado dos rocas ante algunos elementos inflamables ¿cómo se hubiera inventado el fuego? La evolución de la humanidad ha estado marcada por la constante asociación de elementos que rodean al hombre y a la mujer, que dan resultados a nuevas formas de cubrir nuevas necesidades o mejorar la forma en la que ya se cubrían previamente.
Este proceso de “crear algo nuevo a partir de lo viejo” se da gracias a las conexiones neuronales que realiza el cerebro. Si bien cada hemisferio cerebral tiene predominancia en ciertas actividades, para el proceso creativo implementamos ambos al ser una actividad que involucra nuestra capacidades imaginativas y racionales.
Algunos expertos consideran que para cultivar la creatividad es necesario construir unos hábitos de vida como la alimentación o el ejercicio, pero definitivamente el hábito o la práctica más importante es la del aprendizaje constante pues necesitamos conocer lo que ya está para generar algo que no existe. Todos aprendemos constantemente, todos los días, pero es importante reconocer cuáles son esas costumbres que podemos empezar a adquirir para que nuestro aprendizaje pueda ser efectivo para nuestros procesos mentales dirigidos a la creatividad. Aquí te dejamos algunos Tips:
No le tengas miedo a temáticas desconocidas: busca siempre aprender cosas nuevas, así no correspondan a tus intereses individuales.
Disfruta de un nuevo camino para llegar a un nuevo destino: si quieres nuevos resultados, explora y aprende nuevos procesos y formas de hacer las cosas.
Stop! No hay afán: Aprende a hacer las cosas con calma. En ocasiones, si paras a respirar o a meditar, puedes realizar las conexiones que necesitas realizar con calma permitiendo que se ilumine el bombillo.
Cultiva el “Flow”: no, no es precisamente el ritmo o estilo al bailar, es un estado de concentración total en actividades que se estén realizando. Si haces mil cosas en un mismo momento, probablemente caerás en procesos automáticos y no te permitirás buscar posibles mejoras a lo que estés realizando.
Acostúmbrate a la transformación: la flexibilidad y capacidad de adaptación son esenciales. Casarse con lo que ya está, con lo que se acostumbre, no permitirá llegar a nuevos resultados, a nuevas ideas creativas.
De este tema hay demasiada tela para cortar pues el aprendizaje no solo ayuda a que la creatividad sea cultivada, también permite que habilidades blandas como la comunicación efectiva, la inteligencia emocional puedan ser potencializadas y lograr así, mejores resultados en los equipos de trabajo y en los diversos campos de la vida humana.
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