El aprendizaje no es un proceso simple, es un ciclo complejo de estímulos que cada ser humano experimenta de manera diferente, especialmente si tenemos en cuenta los múltiples recursos y las diversas situaciones establecidas para su aprendizaje.
Cody Blair, investigador estadounidense del Institute for Applied Behavioral Sciences, ha realizado, por más de 18 años, estudios para comprender la manera en que las personas aprenden y retienen la información. A partir de estos estudios construyó la pirámide del aprendizaje, en la cual describe cómo los diferentes estímulos y recursos pueden estar relacionados directamente a la retención de información y del aprendizaje.
Esta pirámide plantea en la parte superior, los procesos de aprendizaje que sitúan al usuario o estudiante en un rol pasivo o de espectador, es decir, la escucha, la lectura y la visualización de contenido audiovisual, los cuales tienen porcentajes muy bajos de recordación. En la parte inferior, tendremos aquellos procesos que llevan al usuario a la acción, es decir, lo ubican en un rol más activo y lo involucran en actividades que requieren de la aplicación de sus conocimientos en la práctica. Para Cody, la recordación del aprendizaje es baja cuando solo contemplamos; es alta cuando hacemos y; trasciende cuando enseñamos.
Que los alumnos pongan en acción los verbos ver, leer más escuchar y demostrar dependen del diseño de una planeación basada en que el docente conozca bien a sus alumnos y determine las actividades concatenadas que llevarán al alumno a procesos metacognitivos donde por sí solo logre argumentar con fundamentos los conocimientos conceptuales, el hacer los procedimentales y el compartir con otros mediante la enseñanza de lo aprendido con sus propias palabras.