La medición es un componente importante para cualquier proceso de las empresas, pues con esta se genera una constante revisión de las estrategias y tácticas para su posterior mejora o comprobar los buenos resultados de estas. Usualmente en la formación de los colaboradores solo llegamos a medir el número de personas impactadas y no vamos más allá siempre estaremos expuestos a las siguientes preguntas: ¿Cómo medimos el aprendizaje? ¿Será que si aprendieron? ¿si lo están aplicando? y la duda más importante cuando estamos en una organización ¿La estrategia está contribuyendo a los objetivos empresariales?
Hay varios indicadores que nos permiten llevar el impacto a números y así, pasar de ser un área de apoyo para convertirnos en un área estratégica, dado el impacto que podemos lograr en el cumplimiento de los objetivos y estrategias trazadas.
Indicadores de reacción: ¿con qué porcentaje de satisfacción se determina que la implementación fue exitosa? Lo recomendado es de mínimo 80% y con él se evalúa la plataforma, los contenidos, la logística, entre otros.
Indicadores de aprendizaje: ¿con qué porcentaje se considera que los colaboradores aprendieron los contenidos? Podría ser mínimo 75%.
Indicadores de aplicabilidad: ¿cómo determino que los colaboradores están aplicando los contenidos? Ejemplo: una encuesta cada tres meses.
Indicadores de impacto: teniendo en cuenta los indicadores de éxito planteados al inicio, ¿cuál es la meta y desde formación cómo llego a ella?
Finalmente, con el ROI medimos cuánto invertimos en todo el proceso versus cuánto ahorramos o qué tanto cambiamos el indicador de éxito (este indicador no aplica para todos los procesos).
Tener las estrategias, los contenidos y la plataforma estructurados no garantiza el éxito, pues hay variables que, como área de formación, no controlamos, pero sí nos permitirá generar un impacto. Identificar la información clave y oportuna para demostrar a los directivos cómo con estos esfuerzos podríamos generar cambios sustanciales para los procesos internos y así contribuir a los resultados estratégicos de la organización.