Cuando nos enfrentamos al reto de construir un curso de aprendizaje virtual, siempre nos veremos en la difícil tarea de decidir qué contenido es el más relevante y cómo será la mejor manera de presentarlo.
Si bien dejar información por fuera es una tarea difícil, transformar la información definitiva en contenidos que permitan al usuario, la adición de esta a su registro cerebral no es algo que se deje al azar; siempre nos vamos a ver expuestos a una guerra entre la practicidad y la orientación al detalle (ser meticuloso), la verdad es que ambas son cómplices, aunque no lo pensemos.
La practicidad es tomar decisiones apuntando a la facilidad y agilidad de realizar las cosas; y en contra posición, el ser meticuloso es enfocarse en los más mínimos detalles para lograr resultados con acabados perfectos.
Siendo estos dos caminos tan diferentes ¿cómo serían cómplices?: el eLearning puede aprovecharse de ambas de la siguiente manera:
La practicidad siempre brindará herramientas para que los proyectos de aprendizaje sean más ágiles y con menos distractores, logrando que el usuario se concentre en la información que se le quiere brindar y por consiguiente lograr el objetivo de aprendizaje.
Es por esto que, desde el diseño, los contenidos deben estar bien establecidos, con utilización de color y forma intencional para el aprendizaje, las animaciones deben ser simples y fluidas, no muy complicadas o detalladas.
¿Dónde está la orientación al detalle en el proceso?: hay contenidos que por su complejidad requieren que las imágenes o iconos que utilizamos sean los más precisos, si no, podemos generar confusiones o esquivar la precisión que requieren temas de finanzas o procesos técnicos.
Es allí donde ser meticuloso empieza a tomar importancia en los contenidos virtuales.
No es lo mismo representar un proceso con palabras simples y un icono, a diferencia de generar un infográfico que presente el proceso de una manera secuencial a través de flujos gráficos y un ecosistema de imágenes.
Como en cualquier emparejamiento, amistad o matrimonio, hay que hacer compromisos; el ser práctico complementa el ser meticuloso y del mismo modo en el sentido contrario.
La relación aquí solo se logra cuando se identifica qué necesita una mano meticulosa y qué tipo de contenidos son más propensos a necesitarla.
Esta relación entre practicidad y la orientación al detalle es muy interesante, vale la pena indagar más sobre ella en un futuro artículo, es por eso que por ahora terminaremos en un “continuará”.