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Qué esperar cuando formamos a nuestros colaboradores.


Es común escuchar que algunas personas digan: “formas a tú gente y después se van a buscar otro trabajo”, pero ¿Qué pasa si no los forman y se quedan?

Para ayudar a resolver esta paradoja, la educación virtual ha llegado como una herramienta útil a la hora de desarrollar proyectos de formación para involucrar a los colaboradores en diferentes procesos, con miras a cumplir con la visión estratégica de cada empresa. Tener a los empleados involucrados tiene como resultado un aumento de la satisfacción del cliente, las ganancias y se genera un retorno para los inversionistas.

Pero ¿Cómo medimos el retorno de la inversión?

El ROI o Return On Invesment por sus siglas en inglés, es un indicador financiero que mide la rentabilidad, es decir, la relación entre la utilidad neta, la ganancia obtenida y la inversión. El ROI, se emplea para medir la rentabilidad de un proyecto, si este indicador es positivo significa que es rentable, porque mientras mayor sea el ROI un mayor porcentaje del capital se va a recuperar, pero si el ROI es menor o igual a cero significa que el proyecto no es rentable, porque si se pone en marcha se perdería el dinero invertido.

El ROI se mide por medio de 6 tácticas:

  1. Identificar las necesidades: es saber qué necesidades formativas tiene la compañía, es decir los temas o procesos que necesitan socializar.

  2. Definir las metas: se refiere a conocer quién es el público que se debe formar, cuál es el objetivo de realizar la formación y alinear las expectativas entre los miembros de la compañía que solicitan el servicio y quienes serán el usuario final.

  3. Establecer y alinear métricas: se refiere a medir cómo están los conocimientos, habilidades y actitudes de compromiso del usuario final, antes y después de aplicar la educación virtual, con el fin de poder identificar el impacto y el resultado del aprendizaje, para lograr estas métricas se puede utilizar el modelo Kirkpatrick.

  4. Entender la inversión: tener presente los costos del personal de formación, costos de plataforma, de infraestructura, de material y demás costos ocultos que se derivan de la necesidad de cada empresa y de cada proyecto.

  5. Considerar los beneficios: tener claros los beneficios de la formación, estos pueden ser cuantitativos como costos, productividad, tiempo y calidad. O cualitativos como servicio al cliente, compromiso, creatividad, desarrollo del talento y mejorar la cultura organizacional.

  6. Medir: conocer cuál fue el éxito de la capacitación realizando actividades como encuestas, focus group, evaluaciones y teniendo en cuenta la fórmula ROI.

A continuación se presenta la formula para calcular el ROI de un programa de formación:

Recuerda que las herramientas de educación virtual son una excelente solución formativa por su costo, flexibilidad, usabilidad y portabilidad. Sin embargo, recuerda que aquello que no se mide es como si no existiera.

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