El ROI es el cálculo del retorno de una inversión expresado habitualmente en porcentaje. El ROI, como instrumento de valoración, debe formar parte de la planificación de cualquier acción empresarial.
La fórmula de cálculo del ROI es simple: (Beneficios / Costos) * 100. De esta manera se calcula cuánto está generando el dinero invertido en la acción que se está llevando a cabo a nivel empresarial. A manera de ejemplo, si se invierten 100 pesos en alguna campaña o proceso y al final del ejercicio se obtienen ingresos de 120 pesos, esto significa que se obtuvo un ROI del 20%.
Detrás de los conceptos se esconden muchos matices, especialmente si se aplican al campo de la formación y más aún, al del e-learning. Los beneficios de la formación van más allá de los específicamente traducibles en valores monetarios. Por esto, el cálculo del ROI se efectúa a partir de los beneficios y de los costos de la acción que se está planificando, por lo tanto, medir el ROI en conceptos aplicados a la formación representa una complejidad y especificidad mayor.
Situar la formación al nivel de las demás inversiones y tratarla como tal, ayuda a integrarla en las políticas de desarrollo de la competitividad de la empresa y a valorarla como elemento necesario para su implementación.
Por lo tanto, se debe tratar la formación como algo que debe ser medido, ya que los resultados de una medición establecen puntos de partida para la mejora. Sin embargo, el problema se encuentra en la manera de medir el ROI y no en la necesidad o no de aplicarlo.
¿Cómo se debe medir la rentabilidad de la formación?
Se debe valorar el ROI de la formación de la misma forma que se hace con cualquier otra inversión, ya que la formación debe ser tratada como tal y no como un gasto. Debemos cuestionar el motivo de la formación que se necesita impartir y, a partir de ahí, establecer las bases para analizar su rentabilidad. Por ejemplo, si se realiza una formación con el objetivo de que los empleados conozcan e implementen las buenas prácticas de la Salud y Seguridad en el Trabajo, el ROI de la formación será el nivel en el que los empleados realmente apliquen estas buenas prácticas.
Conocer la rentabilidad de la formación y del e-learning, permitirá introducir factores de mejora y de innovación en el uso y en la modalidad virtual. Se debe entrar en el hábito de valorar la rentabilidad de la formación y de crear planes de inversión o de desarrollo a corto y a largo plazo, esta dinámica permitirá realizar planificaciones adecuadas a la situación global de la empresa en las que la formación es un elemento más a tener en cuenta y que influye decisivamente en la evolución y resultados de la misma.
La organización debe conocer cuál es la inversión que realiza en formación y cuál es su rentabilidad, de la misma forma en que los participantes deben conocer qué se espera de ellos ya que son, en gran medida, la parte más importante, la garantía de rentabilidad de cualquier programa de formación